DMAE exudativa o húmeda 22/03/2013

Qué es la DMAE?
La degeneración macular asociada a la edad, degeneración progresiva de la mácula, es la primera causa de pérdida de visión del mundo occidental en pacientes de más de cincuenta años. Actualmente, más de 25 millones de personas sufren esta enfermedad en el mundo, y cada año se les suman alrededor de 500.000 afectados. Existen muchos subtipos de DMAE, pero básicamente hay dos grandes formas: la húmeda, o exudativa, y la seca, o atrófica.
¿Cómo afecta la DMAE húmeda?
La DMAE es una enfermedad ocular degenerativa que afecta a la zona de la retina especializada en la visión fina de los detalles y que nos permite leer o distinguir las caras de las personas (la mácula). La DMAE exudativa, también conocida como húmeda o neovascular, es la forma menos frecuente de degeneración macular asociada a la edad (cerca del 15 %), pero es la que tiene una progresión más rápida. Necesita tratamiento inmediato para evitar que se destruya la visión central de forma irreversible en un periodo corto de tiempo (semanas o meses).
Características de la DMAE húmeda
La enfermedad produce hemorragias y derrames dentro de las capas de la retina, principalmente en la zona central: la mácula. Estas hemorragias, provocadas por pequeñas venas anormales (neovasos coroideos) que invaden la retina, desde la capa que está por debajo de ella (la coroides), acaban por destruir la arquitectura neural de la mácula, lo que causa una pérdida de visión justo en el centro del campo visual.
Síntomas
Los enfermos de DMAE pierden progresivamente la visión central, lo que conlleva dificultades para realizar tareas de precisión, como conducir, leer o escribir. Los afectados pueden no reconocer la cara de una persona, pero sí caminar sin tropezar y mantener una cierta autonomía.
Por otra parte, la estimación de las distancias y las alturas puede estar alterada, por lo que puede resultar difícil subir y bajar escaleras.
La enfermedad suele empezar en un ojo, aunque acaba afectando a los dos. Por esta razón, es posible que el paciente no se dé cuenta del problema visual a no ser que, de forma fortuita, se tape el ojo sano y empiece a ver las líneas distorsionadas con el ojo afectado (metamorfopsia).
¿Se puede prevenir?
Al tratarse de una enfermedad asociada al envejecimiento, la DMAE no se puede prevenir. Se ha observado mayor incidencia en fumadores, por lo que llevar una dieta sana, no fumar y someterse a revisiones oculares periódicas a partir de los cincuenta años deberían ser medidas a tomar.
¿Cuál es su tratamiento?
Las personas que la padecen ven reducida su autonomía de forma considerable lo que afecta a su calidad de vida. Es por tanto especialmente importante luchar para mantener el máximo de visión posible y eso sólo se consigue iniciando el tratamiento rápidamente en la forma adecuada, siendo proactivo y constante.
La DMAE exudativa se controla a partir de la aplicación de fármacos antiangiogénicos, mediante inyecciones intraoculares directamente en la cavidad vítrea. El fármaco actúa bloqueando la molécula que causa el desarrollo y la progresión de las membranas neovasculares. Este tratamiento consigue detener la enfermedad en tres de cada cuatro casos y mejorarla en uno de cada tres.
Para lograr estos resultados, es fundamental realizar un diagnóstico PRECOZ cuando aún no hay síntomas aparentes o en los primeros estadios de la enfermedad. Esta pauta de actuación es compartida por todos los oftalmólogos, aunque lo que ocurre con frecuencia es que los tratamientos se detienen cuando la enfermedad ha dejado de avanzar sin tener en cuenta que es una enfermedad crónica. En el Institut de la Màcula, organización de referencia mundial especializada en DMAE, aplicamos un tratamiento diferenciador con el objetivo de mantener la enfermedad a raya conservando el nivel de visión lo más alto posible y durante un largo periodo de tiempo. Nuestro tratamiento tiene dos ejes fundamentales:
1- ACTUAR DE FORMA PROACTIVA
Para evitar que la enfermedad recaiga es fundamental que el tratamiento sea proactivo y vaya por delante, recibiendo el paciente el número de inyecciones intraoculares necesarias. Desgraciadamente, sabemos que en muchos países europeos, los pacientes son infratratados, recibiendo de media 6 inyecciones en 2 años. Según diversos estudios y evidencia científica sólo, en el primer año, el número recomendado es un mínimo de 7 inyecciones. En el Institut de la Màcula aplicamos pautas consensuadas proactivas para optimizar los resultados de eficacia y seguridad, realizando las inyecciones que sean necesarias para cada paciente.
2- TRATAR A LARGO PLAZO
El beneficio obtenido con el tratamiento debe mantenerse el máximo tiempo posible. Estudios punteros, como los realizados por grupos de investigación australianos, evidencian que si se trata lo suficiente durante un largo periodo permite mantener la visión durante muchos años. Desafortunadamente, esta no es la práctica habitual. En el Institut de la Màcula tratamos a largo plazo, realizando una monitorización rigurosa y alargando, siempre que sea posible la aplicación de las inyecciones intravítreas pero sin dejar el tratamiento por años. Es la única opción de mantener la visión más allá del corto plazo.
Protocolo
- Revisiones previas: es indispensable un examen oftalmológico completo que incluya una retinografía, una autofluorescencia, una tomografía de coherencia óptica y una angiografía fluoresceínica y, en ciertas ocasiones, con verde de indocianina.
- Intervención: se realiza con anestesia tópica (gotas) y generalmente no produce molestias. Se trata de un procedimiento corto que se realiza en quirófano o en consulta, pero siempre bajo unas condiciones estrictas de asepsia.
- Precauciones: antes de la intervención se desinfecta abundantemente el ojo y los párpados mediante soluciones yodadas.
- Riesgos: como en cualquier intervención, el riesgo más grave es la infección del ojo, pero si se realiza una correcta desinfección preoperatoriamente, el riesgo es extraordinariamente pequeño: menos de un caso de cada mil pacientes.
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Tratamientos relacionados
Procedimientos relacionados
· Angiografía con verde de indocianina
· Tomografía de coherencia óptica
Autor
Dr. Jordi Monés, M.D., Ph.D.
Número de Colegiado COMB: 22.838
Director
Doctor en Medicina y Cirugía
Especialista en Oftalmología
Especialista en Retina, Mácula y Vítreo