Glaucoma de ángulo abierto 09/09/2013

¿Qué es el glaucoma?
El glaucoma es una enfermedad ocular que se caracteriza generalmente por el aumento patológico de la presión intraocular por falta de drenaje del humor acuoso, aunque este no es el único motivo, y tiene como condición final común una neuropatía óptica que se caracteriza por la pérdida progresiva de las fibras nerviosas del nervio óptico y cambios en su aspecto.
El glaucoma es una enfermedad del nervio óptico que, si no se trata produce un deterioro irreversible en la visión llegando a producir ceguera. Tiene una prevalencia del 2 % de los pacientes mayores de 40 años. Actualmente, representa la segunda causa de ceguera en todo el mundo.
Principales causas
La causa más común suele ser una presión intraocular más elevada de la que su estructura puede soportar, que provoca la pérdida de fibras de este nervio, lo que conlleva que la visión periférica del paciente se vea afectada.
El 70 % de los casos se suele asociar a una presión intraocular elevada y el 30 % corresponde a presiones normales en ojos sensibles.
Una consecuencia habitual del glaucoma es la pérdida del campo de visión, que se detecta mediante una campimetría. La pérdida de visión del glaucoma afecta primero a la parte periférica del campo de visión. Si la enfermedad no se trata, el campo de visión se irá cerrando cada vez más y más, se oscurecerá la parte central y, finalmente, degenerará en una ceguera total en el ojo afectado.
La pérdida de visión debida al glaucoma es irreversible, pero se puede prever o disminuir su progresión con el tratamiento adecuado.
Síntomas
En la mayor parte de casos el glaucoma no da ningún tipo de síntomas. La pérdida de visión lateral que se produce en la enfermedad suele pasar inadvertida, sobre todo al principio. En otras ocasiones, los pacientes experimentan cierta torpeza al bajar escaleras o dificultades para reconocer obstáculos que quedan a los lados. Muchas veces esto no se relaciona con problemas visuales y, por este motivo, muchos pacientes no acuden al médico hasta que la enfermedad está muy avanzada y afecta a gran parte de la visión. Se calcula que aproximadamente la mitad de los pacientes que tienen glaucoma no lo saben.
Principales factores de riesgo
Existen una serie de circunstancias relacionadas con un mayor riesgo de sufrir glaucoma:
- Hipertensión ocular: presión intraocular mayor de 21 mmHg.
- Edad: a partir de los 60 años el riesgo aumenta.
- Antecedentes familiares: multiplican por casi 4 el riesgo de la población general.
- Raza: los pacientes de raza negra tienen 6 veces más riesgo.
- Miopías altas.
- Grueso corneal delgado.
- Factores vasculares: diabetes, hipertensión arterial, migrañas, enfermedades reumatológicas, entre otras.
- Pacientes que están tomando corticoesteroides.
- Signos en el ojo de obstrucción del ángulo: pseudoexfoliación (material proteico) y pigmento.
¿Cómo se diagnostica?
Actualmente, la visualización de la estructura y la función del nervio óptico son fundamentales en el diagnóstico, y no solo la toma de la presión intraocular. Por este motivo, se realizan las siguientes pruebas complementarias:
- Visualización del nervio óptico (oftalmoscopia).
- Medida de la presión intraocular (tonometría).
- Visualización del ángulo camerular (gonioscopia).
- Estudio de la visión periférica o campo de visión del paciente (campimetría).
- Estudio del grueso corneal (paquimetría).
- Estudio de la estructura del nervio óptico (tomografía de coherencia óptica - OCT).
¿Cuál es su tratamiento?
A día de hoy, no se puede recuperar el tejido nervioso que se haya deteriorado antes del diagnóstico, pero sí se puede evitar que el daño al nervio continúe avanzando.
Una vez instaurada la enfermedad, la disminución de la presión intraocular es el único tratamiento eficaz para frenar la progresión, incluso en los casos de presión que podrían parecer normales.
Para conseguir esta reducción se opta, en primer lugar, por colirios de gotas hipotensoras. Si no es suficiente, pueden seguirse otros procedimientos:
- Láseres: como la trabeculoplastia láser de argón o la ciclofotocoagulación con láser diodo.
- Quirúrgicos: como la trabeculectomía, la esclerectomía profunda no perforante o el implante de dispositivos de drenaje asociados o no a la cirugía de catarata.
Seguimiento
El glaucoma es una enfermedad crónica que requiere un seguimiento de por vida para asegurar que no hay progresión de la enfermedad. La presión ideal es diferente para cada paciente y es aquella que hace que la función y la estructura del nervio óptico se mantengan estables durante el tiempo. Estos cambios solo se pueden detectar en los controles periódicos de campimetría y/o de estructura.
Tipos de glaucoma
Existen dos tipos de glaucoma en función de si el sistema de filtración del ojo (ángulo camerular) está abierto o no, glaucoma de ángulo abierto y glaucoma de ángulo estrecho.
Glaucoma de ángulo abierto
El ángulo está abierto pero no funciona bien. Según su origen, puede ser primario, el más común, que se produce cuando no hay ninguna otra enfermedad que lo cause, o secundario, causado por una obstrucción del filtro que puede ser debida a un pigmento, a vasos, a material proteico, etc.
La evolución es lenta, no existen síntomas aparentes pero se deteriora progresivamente la visión; por ello este tipo de glaucoma se conoce como “el ladrón de la vista”.
El glaucoma de ángulo abierto, según el origen, se clasifica en:
Primario. Si no existe otra enfermedad que lo cause. Dentro de este apartado se incluye el glaucoma crónico simple, que es la forma más frecuente de la enfermedad.
Secundario. Cuando existe otra enfermedad que lo origina. Dentro de este apartado se incluyen los siguientes:
— Glaucoma neovascular, por formación de nuevos vasos en el iris.
— Glaucoma facolítico, por una catarata de larga evolución.
— Glaucoma pseudoexfoliativo.
— Glaucoma de células fantasma, por una hemorragia vítrea.
— Glaucoma inflamatorio, causado por un proceso inflamatorio en el interior del ojo.
— Glaucoma postoperatorio.
— Glaucoma traumático. Tras un traumatismo en el ojo, puede producirse una hemorragia en la cámara anterior, o hipema, que desencadena una hipertensión ocular por bloqueo en la reabsorción del humor acuoso en la red trabecular.
— Glaucoma lenticular, causado por una mala posición del cristalino.
— Glaucoma cortisónico, causado por el empleo terapéutico de cortisona o derivados de forma prolongada.
Tratamientos relacionados
· Tratamiento quirúrgico del glaucoma
Procedimientos relacionados
· Tomografía de coherencia óptica
Autor
Dr. Marc Rosell MD
Número de Colegiado COMB: 51.305
Médico Oftalmólogo
Especialista en Glaucoma