PATOLOGÍAS Y TRATAMIENTOS

Medicina estética facial

Toxina botulínica

La toxina botulínica (de nombre comercial Botox) es un preparado que deriva de una toxina producida por la bacteria Clostridium botulinum. Su efecto es el de relajar la acción muscular, ya que bloquea la transmisión neuromuscular. Sus aplicaciones en la medicina actual son múltiples, entre ellas el rejuvenecimiento facial sin cirugía.

Al relajar los músculos faciales, ciertas arrugas desaparecen o se suavizan. La toxina botulínica funciona especialmente bien en tres áreas: el entrecejo, la frente y las patas de gallo.

La toxina botulínica tarda entre tres y cinco días en hacer pleno efecto tras la inyección. La inyección es indolora y no requiere ninguna pauta postoperatoria. A la semana de la inyección se valora el resultado y, si se considera necesario, se puede retocar el tratamiento. El efecto de la toxina botulínica siempre es temporal y dura entre tres y seis meses.

Las posibles complicaciones del tratamiento son siempre temporales también. Estas complicaciones son extremadamente infrecuentes si la técnica de inyección es la adecuada.

Ácido hialurónico

Con el paso de los años es común que se produzca una pérdida de volumen en los tejidos faciales, de modo que aparecen pliegues y surcos. Hoy en día disponemos de tratamientos para substituir este volumen perdido mediante la inyección de sustancias de relleno naturales como el ácido hialurónico. Estos tratamientos se realizan en consulta y tienen un periodo de recuperación casi inmediato. El ácido hialurónico puede aplicarse en la mayoría de regiones faciales, como el entrecejo, los pliegues nasolabiales, al área mandibular, los labios o los pómulos.

Existe otra área en la que la aplicación de ácido hialurónico es especialmente útil: las ojeras. Aquellos pacientes que presentan surcos prominentes en las ojeras son buenos candidatos para este tratamiento. La aplicación del ácido hialurónico consigue rellenar los surcos de las ojeras de manera efectiva y con una apariencia totalmente natural.

Estos tratamientos no son permanentes, y suelen tener una duración de seis a dieciocho meses, dependiendo del producto utilizado. En caso de que el tratamiento no sea satisfactorio para el paciente, el ácido hialurónico puede disolverse en pocas horas mediante la aplicación de hialuronidasa.

Dr. José Nieto,

M.D.

Número de Col·legiat COMB: 38.579

Médico Oftalmólogo. Especialista en Cirugía Plástica Ocular

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Última modificació: 24/04/2024
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